Violencia en la adolescencia
¿Qué es la violencia?
Es cualquier acto que vaya en contra de los derechos, la voluntad y la integridad física, psicológica, emocional y social de las personas que viven en un espacio determinado. Es la fuerza que se utiliza para obligar, intimidar o amenazar a alguien limitando su libertad de decisión.
La violencia se expresa por medio de acciones, palabras o gestos, no casuales ni accidentales, que dañan física o psicológicamente a la persona agredida.
¿Por qué los adolescentes utilizan la violencia?
- Insatisfacción de sí mismo y su medio
- Experiencias negativas que lo obligan a creer que la violencia es el único medio para alcanzar sus objetivos
- Ejemplo familiar y del medio
- Sentirse parte del grupo, buscar aceptación
- No poder evadir la presión del grupo
- Sentirse superior o inferior a los demás
- Gusto por lo prohibido, rebeldía
- Uso y abuso de alcohol y drogas
- Problemas en el hogar, escuela, trabajo, otros.
Si la violencia durante la adolescencia no es abordada a tiempo, puede desencadenar situaciones de delincuencia juvenil, ingreso a pandillas o adultos delincuentes, es por ello que es importante tomar acciones para la prevención de conductas violentas.
Sugerencias para prevenir la violencia en la adolescencia:
- Para prevenir conductas violentas en un adolescente, los padres deben partir de la educación mediante el ejemplo, la constancia y la relación.
- Ser constantes y coherentes en el cumplimiento de las normas, de igual forma que a un hijo se le debe reforzar positivamente una buena conducta, los padres deben castigarle (por supuesto sin violencia) para corregir una conducta inapropiada.
- Es aconsejable que exista una buena comunicación e intercambio de información entre el centro educativo y la familia. Es aconsejable que los padres participen más activamente en reuniones y conocieran a los amigos de sus hijos.
- Fomentar la práctica de ejercicio regular o de un deporte
Saber escuchar el punto de vista de los hijos, fomentando así la comunicación asertiva.
Fuente: Para este artículo, se contó con la colaboración de la Licda. Emmy Valdés, psicóloga del Programa de Salud Mental de la Dirección de Salud y Bienestar Municipal de la Municipalidad de Guatemala. |