Nutrición Infantil, rendimiento escolar y productividad
Para las madres que siempre están atentas en la lonchera o en qué preparar de desayuno a sus hijos, o las mujeres que estén planificando dar ese gran salto, es importante que se encuentren informadas sobre el gran impacto que los alimentos consumidos ejercen sobre la salud y el rendimiento de escolar.
Si tiene hijos en edad escolar, esta información le será de suma utilidad.
El crecimiento del niño desde su gestación depende de lo bien alimentada que haya estado la madre antes del embarazo, así como del peso que aumente mientras esté embarazada. El aumento de peso resulta fundamental para el desarrollo de los nuevos tejidos de la madre y el feto, y para el mantenimiento de su organismo, así como para el suministro de energía, es por ello que es importante mantener una óptima nutrición de la mamá durante el embarazo.
Y es que los órganos y tejidos, la sangre, el cerebro y los huesos del niño, así como su potencial intelectual y físico, se forman durante el período comprendido entre la concepción y el tercer año de vida.
Existe evidencia, recabada de diferentes análisis y estudios que confirman que la desnutrición en los primeros años de vida afecta el crecimiento del cerebro y el desarrollo intelectual. La relación entre la desnutrición y el desarrollo cognoscitivo y de conducta puede ser resumida por el Dr. Reynaldo Martorell a las siguientes citas:
Una nutrición pobre durante la vida intrauterina y en los primeros años de vida lleva a efectos profundos y variados, incluyendo: crecimiento físico y desarrollo motor retardados, bajo coeficiente intelectual (inferior en 15 puntos o más en los niños severamente desnutridos), un grado mayor de problemas conductuales y habilidades sociales deficientes en edad escolar, atención disminuida, aprendizaje deficiente y logros educacionales más bajos.
Cuando no hay suficientes alimentos, el cuerpo tiene que tomar una decisión sobre cómo invertir la cantidad limitada de nutrientes disponibles. Primero está la supervivencia, luego el crecimiento. En cuanto a la nutrición, el cuerpo parece que está obligado a clasificar el aprendizaje en último lugar. Al parecer, es mejor ser tonto y estar vivo a ser inteligente y estar muerto[1].
Hierro y yodo
También la deficiencia en hierro y yodo están relacionados directamente con el daño en el desarrollo cerebral. La deficiencia de hierro afecta la regulación y la conducción de neurotransmisores, tales como la serotonina, la dopamina y el ácido gama amino butírico. Por otro, lado afecta la formación de la mielina en las neuronas cerebrales. No se sabe si la activación de estos mecanismos está restringida a los dos o tres primeros años de edad, cuando la vulnerabilidad del cerebro está acentuada.
En el niño de edad escolar, la anemia altera el desarrollo cognoscitivo y limita el rendimiento escolar. Los niños con anemia pueden tener un déficit de 5 a 10 puntos en el cociente intelectual. Aún cuando existen indicios válidos de que algunas deficiencias del desarrollo pueden corregirse mediante el tratamiento con hierro, otros estudios sugieren que la corrección de estas anomalías no es completa.
El efecto de la deficiencia de yodo es más significativo durante el segundo trimestre del embarazo. Esta situación tiene serios efectos sobre el desarrollo del feto y en casos severos, es causa de retraso físico y mental irreversibles en el infante, conocido como cretinismo. La deficiencia de yodo por si sola, disminuye el coeficiente intelectual en 13.5 puntos.
Los ácidos grasos y el cerebro
Los ácidos grasos esenciales más importantes en la nutrición de los lactantes son el ácido araquidónico y el ácido docosahexanoico (ADH), ambos son componentes importantes del sistema nervioso central.
La leche materna constituye una buena fuente de estos ácidos grasos. Otro nutriente presente en la leche materna es la taurina, este aminoácido se encuentra en grandes concentraciones en el cerebro en desarrollo y en la retina, de allí la importancia de la lactancia materna.
Fuente: Artículo elaborado por: Roberto Mendoza, Nutricionista, M.Sc.
[1] C. Sagan & A. Dryuyan “Literacy-The path to a more prosperous, less dangerous America” Parade Magazine, March 6, p. 29, 1994 (volver)
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